Tuesday, February 06, 2007

Frutos

Tengo un amigo muy querido que es medio psíquico y "brujo". Estando en el hospital convaleciendo, una persona se le acercó y le dijo que lo veía como un árbol lleno de los frutos más deliciosos que tú, yo ó cualquiera puedan imaginarse. Me quedé absorta al escucharlo.

Es verdad, cada uno de nosotros es un ÁRBOL!!!!.... con frutos...

Lo cual me hace pensar en Dios como un jardinero y el ser humano, el árbol que fue plantado para regalar frutos.

Así como una semilla fue sembrada en el vientre de una mujer, un árbol fue sembrado en la madre Tierra. Se produce el proceso de formación, el feto va creciendo dentro de este ser humano mientras que la semilla lo hace en el terreno en el que decidamos plantarla. En ambos casos, las estaciones dejan rastro de su paso por ese camino en el que un día trabajó un sembrador. De repente, ese ser instalado en el vientre de alguna mujer está listo para formar parte del planeta Tierra en el que, análogamente, vemos como se comienzan a divisar unas pequeñas hojitas que surgen de ese terreno trabajado. Este niñ@ va creciendo, dando sus primeros pasos ó diciendo su primera palabra. A su vez, en las hojitas se puede notar que su tallo comienza a crecer demostrándonos cómo el milagro de la naturaleza se hace palpable, tangible. Con el pasar del tiempo, la metamorfosis y las experiencias vividas, lo que un día fue semilla se convierte en un ser humano lleno de virtudes y defectos; en un frondoso árbol, lleno de frutos por doquier.


Cuales?? Bueno pueden ser: manzanas, peras, chinas (naranjas), arándanos, uvas, guineos (banana), melón, cerezas, fresas... Lo que más te guste!!! Frutos maduros y deliciosos que llevamos en nuestro interior y que, de utilizarlos de la mejor manera, podrían prolongar nuestra vida y la de muchos otros. Frutos especialmente sembrados en nuestro corazón para que podamos repartirlos al que necesite alimento ó un poco de color para su alma herida. Frutos que se traducen en: bondad, generosidad, amor, sabiduría, comprensión, humildad, justicia... Frutos verdes, rojos, amarillos, violetas, anaranjados.... Del color que tú decidas que sean, aunque no se encuentren en la gama de colores por la cual nos han regido.


Por otra parte, también existen los frutos que no son buenos; los que en el exterior son una tentación pero que al darles la primera mordida su sabor y olor es putrefacto. Frutos malos, que corrompen el alma y corroen el corazón. Frutos que simplemente hemos permitido que la cotidianeidad, rutina, trivialidad de la vida, extraigan su mejor sabor y conviertan lo que un día fue delicioso en algo amargo y podrido. Es increíble pero cierto.

Personalmente, hay un refrán que me encanta y por el cual trato de regirme: "Lo que en esta vida siembres, es lo que vas a cosechar". Los frutos y colores que te dediques en repartir durante el transcurso de tu existir, son aquellos que algún día te tocará recoger ó llegarán a tu vida cuando tus frutos estén escasos. Recuerda, el mundo da muchas vueltas y no sabes ni dónde ó con quién, te toque toparte.
Porque si hay algo cierto es, que lamentable ó afortunadamente, pertenecemos a una sociedad donde es importante entender que tu vida se resume por la calidad y cantidad de los frutos que repartas.

Así que la próxima vez que decidas arrancar un fruto de tu árbol ó extraer alguno de tu canasta, procura que regales el más dulce y rico que haya en tu inventario aunque entiendas que la persona que lo recibe no es merecedor del mismo.

Tú eres el árbol de la vida!!

2 comments:

marielo said...

Cariño!! sé que vas a seguor recogiendo frutos hermosos toda tú vida...
Te quiero un montón!

Tania Campos said...

Sí que somos árboles, y vaya que tenemos frutos, ojalá que los demos en abundancia a quien los necesite, a quien los pida...

Pero no olvides que antes de dar frutos, debemos florecer.

Un abrazo.