Saturday, March 10, 2007

Enseñanzas

Ayer, con lágrimas en los ojos y mi voz entrecortada, llamé a una muy buena amiga que en ese momento podía entender lo que yo sentía. Sólo necesitaba un oído y un abrazo desde un par de millas de distancia.

A su vez, además de encontrarla a ella, me encontré a mi misma en un tumulto de letras y palabras. Me hizo ver realidades que nunca nadie me había dicho y me hizo llorar con el alma, para luego disculparse porque su intención no había sido hacerme sentir mal. La realidad era que me estaba encontrando en el reflejo de sus palabras.

Luego de esa conversación me acosté, todavía llorando y de tanto llorar me quedé dormida. Hoy, al abrir mis ojos traté de ver lo positivo de la vida pero el recuerdo de las palabras dichas por alguien, que no es la amiga que menciono anteriormente, resurgió e hizo que de mis ojos brotaran lágrimas, desde el alma. Lágrimas que me acompañaron en mi casa, de camino al trabajo y momentos después de aparcar mi auto. Tenía mis ojos tan hinchados que me tuve que poner lentes para disimular mi dolor, en mis ojos había mucha tristeza.

Ahora que escribo estas líneas, todavía tengo las gafas puestas y el dolor sigue presente en mi corazón pero ya de mis ojos no brotan lágrimas porque creo que de tanto llorar se me gastaron. Además, una de las lecciones que me regaló mi amiga fue la apareció en el Daily Inspiration que llega todas las mañanas a mi correo electrónico. Hoy lo quiero compartir contigo amig@ que tienes la oportunidad de leerme.

"If we don't change, we don't grow.
If we don't grow, we are not really living.
Growth demands a temporary surrender of security."

– Gail Sheehy


Deseo que este escrito toque la fibra de tu corazón como me pasó a mí. Te mando un abrazo a cualquier lugar en donde te encuentres.

Y recuerda que:

"La razón no grita.
La razón convence.."

1 comment:

marielo said...

guapa! a veces llorar despeja la visión pero también la nubla. Ánimo bonita!.. y dale pa´lante! con un par!...
besitos